Recrean la impresionante estatua del coloso de Constantino

¿Por qué emprender el desafío de recrear una de las esculturas más emblemáticas de la Roma antigua? La iniciativa surgió en el contexto de la exposición Recycling Beauty (Belleza reciclada), que estuvo abierta al público en el complejo artístico de la Fundación Prada, en Milán, entre noviembre de 2022 y febrero de 2023. La muestra exploraba la reutilización de antigüedades de época clásica en escenarios posteriores, desde la Edad Media hasta el Barroco. La intención era ilustrar cómo el contexto y el tiempo afectan a la comprensión de las obras de arte a lo largo de la historia. La exposición incluía, por ejemplo, esculturas griegas y romanas que habían sido reutilizadas en diferentes épocas. Se destacaba que esta práctica había permitido sobrevivir a muchas de ellas hasta nuestros días, pero también que, a lo largo de estas "múltiples vidas", su significado y valor se transformaba y redefinía.
Con esta idea subyacente se concibió, precisamente, la recreación del coloso de Constantino llevada a cabo por la Fundación Factum, junto con los Museos Capitolinos y la Fundación Prada. Se trataba de un ejercicio de "reciclaje" cultural destinado a mostrar cómo el uso de tecnologías digitales avanzadas puede revivir obras perdidas o fragmentadas. Y reinterpretar, en el contexto contemporáneo, el legado de Constantino y el significado del paso del paganismo al cristianismo. El resultado ha sido un proyecto monumental de restauración y reinterpretación de una obra icónica de la antigüedad romana que ha combinado historia, arte y tecnología de vanguardia. Se trata de una interpretación especulativa, pero la grandiosidad de la pieza generada no deja de impresionar.
El coloso de Constantino
La estatua colosal de Constantino era una enorme escultura sedente del emperador romano que ocupaba la cabecera oeste de la Basílica de Majencio en el Foro. La escultura original, del siglo IV, representaba la grandeza del emperador, así como la transición del paganismo al cristianismo como religión oficial del Imperio romano. La cabeza, los brazos y las piernas de esta estatua estaban tallados en mármol, mientras que el resto del cuerpo del coloso estaba compuesto por un núcleo de madera y ladrillo, cubierto, seguramente, de bronce dorado que simulaba la túnica. Por el tamaño de las piezas que se conservan, la figura sentada medía, aproximadamente, 12 metros de altura, y, para su construcción, se reutilizaron partes de una estatua pagana.
Este coloso fue saqueado en algún momento de la Antigüedad tardía y acabó desmantelado, muy posiblemente, para reutilizar su partes de bronce. Hasta el siglo XV no se descubrieron los fragmentos sobrevivientes, que incluían la cabeza, el brazo, la muñeca y la mano derecha, la rodilla derecha, la espinilla derecha, el pie derecho y el pie izquierdo. Un poco más tarde, el propio escultor Migual Ángel expuso estos restos en el Palazzo dei Conservatori, donde aún pueden admirarse en la actualidad. Confundidos, inicialmente, con una estatua del emperador Cómodo, se identificaron correctamente como partes del coloso de Constantino a finales del siglo XIX.

El proceso de recreación de la estatua colosal
La Fundación Factum, con sede en Madrid, dedicó 14 meses a construir meticulosamente una réplica que fuese lo más fiel posible de la estatua original. El proceso comenzó con la digitalización meticulosa de los fragmentos existentes con técnicas avanzadas como la fotogrametría y el escaneo LiDAR. Esta fase inicial era crucial para capturar el más mínimo detalle de las piezas conservadas. Para ello, un equipo de expertos formado por Pedro Miró, Otto Lowe e Imran Khan, se trasladó a los Museos Capitolinos. A lo largo del mes de marzo de 2022 se dedicaron a registrar en alta resolución los diez fragmentos del coloso que hay en el museo, además de un fragmento adicional que se encuentra en el Parque Arqueológico del Coliseo. El proceso fue todo un desafío, ya que algunos de los fragmentos están apoyados contra las paredes del patio.

Una vez recabados los datos, Irene Gaumé, escultora 3D de Factum Arte, colaboró con expertos de los Museos Capitolinos en la recreación digital del coloso de Constantino. Para un proyecto de estas características, era necesario realizar un exhaustivo trabajo de documentación y poseer, además, mucha capacidad para la interpretación y la recreación. Primero, modelaron en 3D cada uno de los fragmentos de la estatua que se habían escaneado; luego, se utilizaron referencias de otras estatuas con poses similares, como la del emperador Claudio del Museo Ara Pacis, o un Júpiter sedente del Hermitage, para recrear la postura del cuerpo y el drapeado del manto.
En mayo de 2022, el equipo liderado por Francesco Cigognetti, director técnico de la Fundación Factum, comenzó, ya en el taller de la fundación, el proceso para transformar el archivo digital en 3D en una escultura física. Durante este proceso, se tomó la decisión de diferenciar visualmente los fragmentos facsimilares de las partes recreadas para facilitar la interpretación histórica.

La estatua se materializó utilizando impresiones en 3D, y se emplearon materiales como resina, poliuretano, polvo de mármol, pan de oro y yeso, para replicar los materiales originales de mármol y bronce. Además, se diseñó una estructura de soporte de aluminio que sustituyó el marco interno original, conformado de ladrillo, madera y barras metálicas. Esta innovación proporcionó estabilidad y durabilidad a la réplica, al tiempo que respetaba la esencia y la integridad de la obra original.


Como hemos mencionado, el coloso de Constantino se montó por primera vez en el espacio Fundación Prada, en Milán, para la exposición Recycling Beauty, donde estuvo expuesta, con gran éxito, hasta febrero de 2023. Un año después, en febrero de 2024, la imponente recreación se ha vuelto a instalar. Pero esta vez en el corazón de Roma, en los jardines de Villa Caffarelli, que forman parte del complejo de los Museos Capitolinos, donde puede visitarse en la actualidad.
Lo que Factum ha hecho con el coloso de Constantino es un hito importante en el camino de recobrar piezas artísticas del pasado arruinadas o fragmentadas, y muestra el camino para futuras restauraciones de nuestro patrimonio cultural.
Fuentes
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