Técnicas avanzadas de arqueología digital revelan detalles inéditos sobre el asedio romano de Masada

Un estudio innovador, que combina métodos digitales avanzados con técnicas arqueológicas tradicionales, muestra cómo el ejército romano utilizó sus conocimientos de ingeniería, su capacidad constructiva y la guerra psicológica para doblegar a los rebeldes de Masada.

Un equipo de investigación, liderado por los arqueólogos Hai Ashkenazi, Omer Ze'evi-Berger, Boaz Gross y Guy D. Stiebel, ha empleado técnicas avanzadas de arqueología digital, como fotogrametría 3D y mapeo GIS, para estudiar detalladamente el sistema de asedio romano utilizado en la toma de la fortaleza de Masada, ubicada en las inmediaciones del Mar Muerto.

Vista aérea del imponente farallón que fue testigo del asedio romano de Masada
Vista aérea de la fortaleza de Masada, en el desierto de Judea. Imagen de Samir Smier

Aunque esta imponente fortaleza ha sido objeto de exhaustivos estudios y excavaciones desde la segunda mitad del siglo XX, al complejo sistema de asedio que la rodea se le ha prestado menos atención. Este sistema está compuesto por campamentos militares, torres y muros que cercaban el promontorio, así como por una gigantesca rampa construida para acercar las máquinas de asedio a las murallas. Gracias al clima árido y al aislamiento geográfico, se encuentra en un buen estado de conservación, por lo que ofrece una gran oportunidad para estudiar la estrategia romana de conquista y sus técnicas de asedio.

El uso de las nuevas tecnologías y métodos modernos de investigación arqueológica, junto a un estudio de superficie detallado, ha permitido a los arqueólogos visualizar las estructuras antiguas de una manera completamente nueva. También ha facilitado calcular y documentar con precisión la altura y el volumen de los muros y las torres. Los resultados de este estudio se han publicado en la revista Journal of Roman Archaeology.

Masada, palacio y bastión de resistencia judía

Masada se encuentra al sureste de Jerusalén, en el desierto de Judea, cerca del Mar Muerto. Se trata de una impresionante fortaleza con un complejo palaciego en su interior, que Herodes el Grande mandó construir entre el 37 y el 31 a.C. como refugio ante posibles invasiones o revueltas, un baluarte de seguridad personal y símbolo de poder.

Masada fue diseñada para ser prácticamente inexpugnable debido a su ubicación elevada sobre un escarpado promontorio amesetado de más de 400 m de altura, rodeado de acantilados y pendientes pronunciadas. Contaba, además, con murallas dobles y torres de vigilancia a lo largo de su perímetro. Dentro, Herodes mandó construir palacios, almacenes, cisternas de agua, arsenales, y baños romanos. Estas estructuras permitían soportar largos asedios, ya que se podía contar con suministros suficientes para resistir durante años.

Este complejo fue el último bastión de la resistencia judía contra el Imperio romano durante la Primera Guerra Judía (66-74 d.C.). Los últimos rebeldes se refugiaron en su interior después de la caída de Jerusalén en el 70 d.C. Cuando los romanos lograron tomarlo, tras un prolongado asedio, descubrieron que la mayoría de los defensores se habían suicidado de manera colectiva para no ser esclavizados.

El asedio romano de Masada: ingeniería militar rápida y eficiente

Los arqueólogos usaron drones para capturar miles de fotografías sobre el terreno. Con software especializado alinearon las imágenes y crearon una malla 3D a la que aplicaron texturas realistas. De este modo consiguieron un modelo fotogramétrico detallado con el que pudieron reconstruir segmentos del muro que habían sido cubiertos por sedimentos coluviales. Esta técnica les permitió calcular las dimensiones del muro y sus torres asociadas, aproximadamente 4.300 metros de largo si se incluyen las secciones que incorporaban las paredes de los campamentos militares, con una altura de entre 2 y 2,5 metros.

Restos de una de las torres romanas vista desde el este
Vista desde el este de los restos de una de las torres de vigilancia que salpicaban el muro romano. Fotografía de O. Ze'evi-Berger

También pudieron hacer una estimación del esfuerzo requerido para la construcción de todo el sistema. Frente a lo que se creía hasta ahora, parece que los campamentos y el muro de circunvalación se construyeron en un tiempo sorprendentemente breve, unas dos semanas, por un contingente de 5.000 legionarios. Esta rapidez de construcción es una muestra de la capacidad organizativa, eficiencia y disciplina del ejército romano, capaz de levantar, en un tiempo tan breve y en un terreno hostil y desértico, un muro de más de 4 km, sus numerosas torres asociadas, y varios campamentos.

Estrategia romana de guerra psicológica

El sistema de asedio construido por los romano en Masada cumplía múltiples funciones: actuaba como barrera física para impedir que los defensores escaparan o recibieran suministros; era una plataforma defensiva para contener salidas y contraataques de los sitiados; y, además, tenía un fuerte componente psicológico. Los investigadores comprobaron que, mientras la sección oriental del muro, con 15 torres, estaba diseñada para vigilar la llanura y repeler fugas o rescates, otras secciones de las zonas de los acantilados, donde no era necesaria una defensa física, se construyeron para minar la moral de los defensores. Era un recordatorio constante del poderío del Imperio romano, que había llegado allí para quedarse, y de que no tenían escapatoria.

Plano completo con el asedio romano de Masada
Plano del sitio de Masada con las distintas secciones del muro, las torres y campamentos que levantaron los romanos para rodear la fortaleza. Dibujo realizado por H. Ashkenazi

Esta publicación es solo el inicio de una investigación más amplia que tiene como objetivo explorar todos los componentes del paisaje de conflicto en Masada. Los próximos estudios se centrarán en la excavación de algunos de los campamentos y en un análisis más detallado de los caminos que conectaban las posiciones romanas alrededor de Masada. Esto permitirá al grupo de investigación lograr una mejor comprensión del conflicto. De momento, los datos recopilados ya han desafiado algunas interpretaciones previas, como la de un asedio prolongado. La velocidad de construcción de la muralla, las torres y los campamentos apuntan, más bien, a no más de nueve o diez semanas de duración.

Por otro lado, el presente estudio sobre el asedio romano de Masada marca un precedente en el uso de tecnología avanzada en la arqueología militar, ya que permite analizar los sitios de batalla con un nivel de detalle sin precedentes, medir estructuras, calcular volúmenes y comprender la logística de las operaciones militares antiguas.

Fuente

Ashkenazi H, Ze’evi-Berger O, Gross B, Stiebel GD.: "The Roman siege system of Masada: a 3D computerized
analysis of a conflict landscape", en Journal of Roman Archaeology, publicado online por Cambridge University Press 2024:1-26. doi:10.1017/S1

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