La IA Eneas: tecnología al servicio de la historia de la antigua Roma

Google DeepMind y un equipo de académicos lanzan una herramienta de IA diseñada para ayudar a los historiadores en el trabajo de completar inscripciones romanas antiguas perdidas.

Como sucede con el resto de las civilizaciones antiguas, gran parte de lo que sabemos sobre la antigua Roma se debe a los textos que nos dejaron escritos: inscripciones, documentos, manuscritos de diversa índole, etc. Las inscripciones son especialmente valiosas porque ofrecen una visión de la vida cotidiana romana escrita por personas de todas las clases sociales, incluso por aquellas críticas con los poderes del momento. Se estima que cada año se descubren unas 1 500 de ellas aproximadamente. El problema es que la mayoría han sufrido los estragos del tiempo: muchas están deterioradas y presentan fragmentos ilegibles, o se han visto dañadas y están incompletas. Historiadores y expertos en epigrafía se enfrentan al desafío de leer los textos y traducirlos correctamente, así como determinar su época, su origen, el significado de sus abreviaturas... Se trata de un proceso que demanda un vasto conocimiento y una meticulosa comparación de registros para restaurar y contextualizar correctamente lo que dicen. Para ayudar en esta ardua tarea, un equipo de expertos de diferentes universidades, en colaboración con Google DeepMind, ha desarrollado una potente herramienta de inteligencia artificial que promete agilizar todo el proceso: Eneas.

Cómo funciona la IA Eneas y qué aporta a la epigrafía romana

Eneas, cuyo nombre evoca al héroe troyano antepasado de los romanos, es una IA generativa diseñada para analizar tanto el texto como las imágenes de las inscripciones y buscar conexiones lingüísticas e históricas que, de otro modo, pasarían desapercibidas con los métodos tradicionales. Según Thea Sommerschield, profesora de la Universidad de Nottingham y coautora del estudio publicado en Nature que presenta los avances de Eneas, los epigrafistas suelen concentrarse en áreas específicas, lo que puede dificultar la visión global de las inscripciones. En cambio, Eneas tiene la capacidad de procesar millones de datos y ofrecer un contexto más amplio que permita nuevas interpretaciones. Es una herramienta de procesamiento automático que puede considerarse una evolución tecnológica del proyecto Ítaca, que usaba a IA para interpretar inscripciones griegas.

Los desarrolladores de Eneas insisten en que se trata de una herramienta que no busca reemplazar a los historiadores sino colaborar con ellos. Yannis Assael, científico de Google DeepMind, destaca que la IA amplía las capacidades de los expertos. Por ejemplo, al analizar la inscripción Res Gestae Divi Augusti, Eneas sugirió dos posibles fechas, que coincidieron con las hipótesis existentes. En el 90% de los casos, los historiadores validaron las sugerencias de la IA. Uno de los mayores beneficios de Eneas es el ahorro de tiempo. Un investigador mencionó que, gracias a la herramienta, encontró en quince minutos paralelismos que le habrían llevado días. Además, Eneas es capaz de detectar conexiones sutiles, como en una inscripción de Maguncia, donde identificó un vínculo con un altar votivo sin metadatos arqueológicos. Sus creadores esperan que no solo sirva para la investigación académica, sino que también facilite la participación de más personas en el análisis de estos objetos, algo que hasta ahora solo estaba al alcance de unos pocos expertos.

Fragmento de las Res Gestae de Augsuto con la que se ha entrenado la IA Eneas
Parte de la inscripción de las Res gestae diui Augusti grabadas en el templo de Augusto y de Roma en Ancira. Imagen de dominio público extraído de la Wikipedia.

El núcleo de Eneas es un modelo de lenguaje entrenado con un corpus de más de 176 000 inscripciones latinas extraídas de bases de datos epigráficas como el Epigraphic Database Roma, el Epigraphic Database Heidelberg y el Epigraphic Database Clauss Slaby. Su funcionamiento se basa en la identificación de patrones, conexiones y paralelismos textuales. Cuando se le presenta un fragmento dañado, la IA escanea su base de datos para encontrar nombres, frases o detalles comunes en otras inscripciones, y sugiere las posibles palabras faltantes. Un proceso que realiza en segundos. Su precisión es notable: alcanza un 73 % cuando se desconocen hasta 10 caracteres y un 58 % si la cantidad de caracteres perdidos es indeterminada. Además, puede atribuir un texto a una de las 62 provincias romanas con un 72 % de acierto y datarlo con un margen de error de apenas 13 años.

Sin embargo, es importante recordar que las respuestas de la IA Eneas son predicciones, no certezas. De ahí la necesidad de una supervisión crítica por parte de los investigadores. Aunque tiene un gran potencial, historiadores como Jonathan Prag, de la Universidad de Oxford, advierten que esta herramienta debe usarse con cautela: Eneas no reemplaza la labor humana; debe ser una herramienta complementaria.

Eneas está disponible de forma libre y gratuita en predictingthepast.com, y su código es abierto para fomentar su mejora continua por parte de la comunidad académica. Representa un gran avance para la epigrafía y la historia antigua, ya que facilita y acelera el trabajo de los historiadores, siempre que se haga bajo la mirada de profesionales para garantizar la precisión de las interpretaciones. De hecho, en muchos casos, cuando los historiadores utilizan Eneas, los resultados superan los que se obtendrían solo con la IA o solo con la experiencia humana. Esto refuerza la idea de que la inteligencia artificial está aquí para amplificar el trabajo de los expertos, no para reemplazarlos.

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