El Togado de Pompelo se queda definitivamente en Navarra
El Gobierno de Navarra ha concretado la adquisición del Togado de Pompelo, una escultura romana de bronce del siglo II d.C., que, a partir de ahora, forma parte de la colección permanente del Museo de Navarra. La escultura había llegado a Pamplona en mayo de 2022 prestada por su propietario, un coleccionista estadounidense, y desde junio se exhibía en el Museo de Navarra, donde ha atraído a más de 50.000 visitantes.
El Gobierno de Navarra, a través de la Institución Príncipe de Viana, ha asegurado de manera definitiva, para su patrimonio cultural, la importante escultura del Togado de Pompelo. Esta adquisición, una de las más importantes efectuada por la región, enriquece la colección del Museo de Navarra y, a partir de ahora, ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar esta excelente escultura de bronce, una pieza excepcional de la Hispania romana.
El Togado de Pompelo se ha adquirido de Patrick Kieran Coakley, un coleccionista de arte de Nueva York, por un monto de 620.000 dólares, que equivale a unos 575.000 euros. Aunque es una cifra significativa, es lo usual para una pieza de estas características e importancia.
Las negociaciones para la adquisición comenzaron en 2022. La Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura y Deporte emitió un informe favorable sobre la adquisición y propietario mostró una gran disposición para vender la escultura, lo que facilitó el proceso.
Antes de la adquisición definitiva, el Departamento de Cultura y Deporte del Gobierno de Navarra había acordado un préstamo de dos años con el propietario, sin ninguna contraprestación económica. La estatua llegó a Pamplona en mayo del año pasado y desde entonces se exhibe en el Museo de Navarra.
Desde su llegada hasta abril de este año, la estatua ha atraído a más de 50.000 visitantes. Durante este tiempo, se han realizado estudios científicos para comprender mejor sus características y su estado de conservación. Ahora, el Togado de Pompelo ha dejado de ser una pieza de coleccionista privada y se ha convertido en parte del tesoro patrimonial navarro, por lo que podrá ser disfrutada por todos los ciudadanos.
El Togado de Pompelo, una pieza excepcional
La escultura es una pieza de bulto redondo fabricada en bronce, y datada en la primera mitad del siglo II. Por el lugar en el que apareció, se piensa que formaba parte del programa escultórico del foro de la ciudad. Representa a un personaje masculino, algún tipo de autoridad, vestido con una toga que parece corresponder a la época Flavia, y que carece de umbo y ha perdido la parte exterior del sinus. Mide 127 centímetros de altura ya que no tiene cabeza, algo que podría explicarse por la práctica de la época de realizar bustos intercambiables para este tipo de estatuas.
Quizá debido a que el largo de la toga llega hasta los pies, algo más propio de esculturas femeninas, inicialmente se pensó que era una estatua de la diosa Ceres portando un manojo de espigas en la mano derecha. Pero el examen detallado de los rasgos anatómicos reveló que se correspondían mejor con una representación masculina. En tal caso, el objeto de su mano derecha debía de ser algo propio del rango de una persona togada. Una de las hipótesis es que se trataba de un “aspergillum”, un elemento ritual utilizado para esparcir líquido.
La excepcionalidad de esta pieza radica en que es una de las dos únicas estatuas togadas de bronce encontradas en toda la Península Ibérica, y una de las trece conocidas en todo el antiguo territorio del Imperio Romano (de las cuales, casi la mitad, se encuentran en el área de Pompeya). La otra escultura de bronce de similares características que se ha encontrado en la Península es el Togado de Periate, que se encuentra en el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada.
El periplo de una pieza perdida durante 100 años
La historia del Togado de Pompelo es fascinante. La pieza se encontró en 1895, en unas obras que se efectuaban en una vivienda de la calle Navarrería, donde estuvo situado, en su momento, el foro de la ciudad romana. El constructor que la encontró la cedió a la Comisión de Monumentos de Navarra para su estudio, y se procedió a una primera restauración del mismo. Pero, en 1906, volvió a reclamar la pieza como su legítimo propietarios, según las leyes del momento. Y poco después, en 1911, se le perdió la pista. Desde entonces, solo se sabía de ella por el contenido del estudio efectuado y una fotografía.
Parece que, durante años, formó parte de una colección privada en Francia, y se la consideraba una escultura galorromana. Se sabe ahora que, en 1970, estaba en Versalles y, en 1985, en Nueva York, como propiedad de John Werner Kluge. En los años 1996 y 1997, se exhibió en una muestra en Harvard. En 2010, su dueño intentó venderla en una subasta, pero no pujaron por ella y, en 2012, volvió a formar parte de una exposición.
En España no se sabía nada de esto. Hasta el año 2015. En esa fecha, Manuel Olcina, director del Museo Arqueológico de Alicante mostró la fotografía de 1911 en un congreso, en Alemania, sobre bronces romanos hallados en la península Ibérica. Por casualidad, allí también estaba Carol C. Mattusch, una investigadora que había comisariado la exposición de 1996, y que identificó inmediatamente la pieza. Poco después se publicó un artículo con el redescubrimiento de la pieza y el propio dueño se puso en contacto con el Gobierno de Navarra.
La adquisición de la escultura del Togado de Pompelo por parte del Gobierno de Navarra es un logro significativo para el patrimonio cultural de la región. Esta pieza excepcional, que estuvo perdida durante más de un siglo, ahora tiene su hogar permanente en el Museo de Navarra, donde todos los ciudadanos pueden apreciar su belleza e importancia histórica. Dadas las peculiaridades iconográficas aún por estudiar, estudios futuros podrían aportar información adicional que ayude a identificar al personaje representado y a entender mejor su contexto histórico.
Fuentes
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