Unas termas romanas excepcionales emergen en la Casa del Anfiteatro de Mérida
Se trata de unas termas de grandes dimensiones y en buen estado de conservación que datarían del siglo I d.C. Un nuevo hallazgo que consolida a la capital extremeña como uno de los referentes de la arqueología romana.
Fundada por los romanos en el año 25 a.C. como Augusta Emerita, la ciudad de Mérida, Patrimonio de la Humanidad desde 1993, sigue desvelando sus tesoros. El reciente descubrimiento de un conjunto de termas públicas en la Casa del Anfiteatro ha sorprendido a los propios especialistas debido a sus características excepcionales. Es un hallazgo que se enmarca dentro de un ambicioso proyecto del Consorcio de la Ciudad Monumental Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida para preservar el patrimonio histórico y cultural emeritense, y mantener la identidad de la ciudad. Una iniciativa que incluye excavaciones en monumentos emblemáticos como el Teatro y el Anfiteatro, la Huerta de Otero, la Casa del Anfiteatro y la Casa del Mitreo.
Un hallazgo inesperado
El yacimiento de la Casa del Anfiteatro está ubicado junto a los famosos teatro y anfiteatro. Se está llevando a cabo un proceso de adecuación y ampliación del circuito turístico en el lugar, y para ello se empezó a intervenir en zonas que aún no habían sido exploradas. Un equipo de trabajo se topó con lo que parecía ser una estructura subterránea ordinaria, pero que resultó ser parte de un complejo termal.
Después de seis meses de intervención arqueológica, se han descubierto varias dependencias relacionadas con la antigua casa romana, incluidos unos baños que exceden el tamaño de unas termas romanas privadas de una casa particular. Las excavaciones están dirigida por el Consorcio de Mérida en colaboración con la Universidad de Granada, y en los trabajos participan tanto técnicos del consorcio como estudiantes universitarios y doctorandos españoles y portugueses que realizan trabajos de investigación. Además de destacar su tamaño, Félix Palma, director del Consorcio, ha subrayado el excelente estado de conservación. El apoditerium, la sala donde se desvestían, tiene sus bancos intactos. Desde ahí se pasaba a la zona fría. Aunque gran parte de ese material fue expoliado cuando la casa quedó en desuso, aún pueden verse las placas de mármol del suelo, las molduras de las cornisas y decoraciones pictóricas en las paredes. Queda, incluso, el desagüe, así como las infraestructuras subterráneas. El tamaño de las termas y el de la propia domus, la más grande de las casas de la ciudad, ha llevado a pensar que esa parte de la residencia se utilizara como una especie de "albergue" para residentes. Así opina la arqueóloga que ha dirigido el estudio, Ana María Bejarano, que opina que la Casa del Anfiteatro podría ser un complejo de carácter público vinculado a los espectáculos del anfiteatro emeritense.
La casa del Anfiteatro
La zona arqueológica denominada Casa del Anfiteatro engloba, en realidad, varios espacios arquitectónicos, entre ellos, un recinto relacionado con la depuración del agua que llegaba del acueducto, un mausoleo, talleres y un par de domus romanas datadas a finales del siglo primero: la de la Torre del Agua y la Casa del Anfiteatro propiamente dicha. Esta zona se encontraba originalmente fuera de las murallas de Augusta Emerita. A principios del siglo IV d.C., con el abandono paulatino de la ciudad, sobre estas grandes domus se construyó una necrópolis.
La Casa del Anfiteatro es una de las viviendas romanas mejor conservadas de la Península, un complejo doméstico de gran extensión que representa el tipo de casas suburbanas romanas que había en torno a las murallas de la ciudad. La parte más destacada de la vivienda se articula en torno al peristilo, con pozo y fuente en la parte central. Otro rasgo sobresaliente son sus 700 metros cuadrados de mosaicos, con algunas composiciones de una alta calidad artística. Se sabe que, en el siglo III d.C., esta domus fue la residencia de un comerciante de aceite.
El descubrimiento de estas termas es muy significativo, dado su gran tamaño y excelente estado de conservación. Como no se conocen los límites de la Casa del Anfiteatro, los arqueólogos creen que aún existe la posibilidad de hallar la natatio, la piscina típica de este tipo de recintos, en próximas campañas de excavación. Por ahora, se está llevando a cabo un análisis de las estructuras emergentes del complejo y también se va a estudiar detalladamente los programas decorativos presentes en el sitio. Se espera que todos estos trabajos aporten datos valiosos para fechar la infraestructura, entender mejor el funcionamiento de estos espacios, y revele información sobre la vida cotidiana y el lujo en la antigua colonia romana.
Fuentes
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