Las excavaciones en Ocuri comienzan a poner al descubierto el foro de la antigua ciudad romana

A lo largo de este verano, el grupo arqueológico que trabaja en las excavaciones del yacimiento de Ocuri, en Ubrique (Cádiz), ha comenzado a dejar al descubierto el foro de esta antigua ciudad romana situada en plena sierra. Se trata de un proyecto impulsado por la Universidad de Granada (UGR), en estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Ubrique y el respaldo de la Diputación Provincial, en el que participan expertos de la universidad, estudiantes y voluntarios locales. María del Mar Castro García, investigadora principal del equipo, ha explicado que el proyecto en Ocuri no solo incluirá la excavación arqueológica del yacimiento, sino también la investigación y análisis de las evidencias halladas para ampliar nuestros conocimientos sobre el pasado de la ciudad, la difusión científica de los resultados obtenidos y la realización de acciones que velen por el mantenimiento de los restos arqueológicos excavados

El yacimiento romano de Ocuri

El yacimiento de Ocuri está situado en la cima del Salto de la Mora, a poco más de un km al norte del casco urbano de Ubrique, en la sierra de Cádiz. Sus restos se remontan al siglo VI a.C., y muestran la evolución de un oppidum, un antiguo asentamiento prerromano amurallado, hacia una ciudad romana de cierta relevancia, seguramente debido a su posición estratégica. De su importancia defensiva y administrativa son testimonio la muralla ciclópea de origen ibérico, y vestigios arquitectónicos de edificaciones públicas como el foro y las termas, de varias cisternas de gran capacidad, y partes de viviendas y tabernae, así como de una necrópolis extramuros y un mausoleo. La complejidad cultural de Ocuri se manifiesta en la mezcla de influencias prerromanas, cartaginesas y de época romana, a la que corresponden la mayor parte de los restos emergidos.

El yacimiento fue descubierto a finales del siglo XVIII por Juan Vegazo, un rico agricultor de Ubrique que, intuyendo el valor de los restos visibles en el cerro, compró las tierras. Vegazo realizó unas primeras excavaciones que revelaron varias estructuras de la ciudad, y desenterró numerosos objetos como monedas, diversos restos de columnas y algunos fragmentos de estatuas. Entre todos ellos, destacaban dos pedestales con inscripciones dedicadas a los emperadores Antonino Pío y Cómodo, que fueron clave para nombrar la ciudad romana, y también un busto que quizá representase al mismo Cómodo vestido con piel de león.

Vegazo dejó constancia escrita de sus descubrimientos en una memoria detallada en la que inventariaba todos los objetos hallados, los describía minuciosamente, informaba de la ubicación donde se encontraron, y de su estado de conservación. Todos estos datos han sido de gran valor para las investigaciones que se han hecho después. Lamentablemente, muchos de esos objetos obtenidos por Vegazo se han extraviado con el tiempo. Además, dados los limitados conocimientos sobre metodología arqueológica de su tiempo, sus intervenciones afectaron a la estratigrafía del yacimiento. Pese a todo, la iniciativa de Juan Vegazo permitió que Ocuri saliera a la luz y quedara señalado en el mapa.

Sin embargo, el yacimiento permaneció prácticamente olvidado hasta que se llevaron a cabo las primeras excavaciones sistemáticas en los años 70 del siglo pasado. Gracias a estos trabajos se pudo constatar la existencia, en el lugar, de asentamientos anteriores a la ocupación romana. Los arqueólogos también distinguieron diversas áreas en el yacimiento, cada una con sus características distintivas: en la parte alta encontraron los restos de unas termas de estructura monumental y de varias viviendas; en la terraza central, algunos muros y otros restos de lo que parecía ser el foro; y fuera de las murallas de la ciudad, como dictaban las normas sanitarias romanas, la necrópolis y un extraordinario mausoleo, un monumento funerario único en Andalucía, que albergaba, en su interior, una serie de nichos para las urnas con las cenizas de los difuntos y las ofrendas de los familiares.

A partir de 1997, y hasta 2003, se pusieron en marcha otra serie de intervenciones en Ocuri enfocadas en la recuperación y la puesta en valor del lugar. Estos trabajos comenzaron con tareas de limpieza y consolidación de las estructuras emergidas. Después se realizaron diversas excavaciones en varias de las viviendas localizadas con anterioridad, y en la denominada Cisterna Alta. Durante este periodo, también se construyó un centro de recepción e interpretación, se habilitaron caminos interiores y se colocó señalización informativa.

Excavando el foro romano

El actual proyecto de excavación llevado a cabo por la UGR está dirigido directamente a la excavación del foro. El propio Juan Vegazo ya había sospechado que el foro se debía encontrar en la zona de la terraza central, un área de unos 1200 metros cuadrados de terreno nivelado, bastante más amplia que las otras. Esto fue corroborado varios siglos después por las excavaciones modernas. Aunque no había edificios definidos, la presencia del foro se infería a partir de una serie de estructuras murarias que servían tanto de cierre de la plaza central como de embellecimiento del espacio público. En el área occidental, los muros perimetrales se identificaron como parte de unos comercios o tabernae, mientras que, al sur, se encontraban los vestigios de lo que pudo ser un templo. En el centro de aquel espacio es donde Vegazo había encontrado restos de losas y fragmentos de estatuas y columnas. Ahí es donde estaban los pedestales con las inscripciones honorarias dedicadas por los decuriones de la Res Publica Ocurianorum a los emperadores Antonino Pío y Cómodo.

La primera parte de la intervención consistió en prospecciones con georadar para localizar posibles estructuras soterradas para orientar los trabajos hacia áreas prometedoras y evitar excavar a ciegas. Este enfoque ha permitido confirmar la presencia de grandes edificaciones públicas de época altoimperial, incluyendo un altar monumental acompañado de restos de decoración arquitectónica, como basas y fustes de columnas que se han puesto en relación con otras evidencias de pedestales de estatuas y restos de columnas dispersos en la ciudad. Las excavaciones también parecen confirmar que el enclave está mirando hacia el Campo de Gibraltar y no hacia Cádiz. Además, el reestudio de diversas edificaciones emergentes en el yacimiento sugiere la existencia de un lugar simbólico relacionado con prácticas religiosas sincréticas romanas especialmente vinculadas al agua. Todos estos son indicios de la prominencia pública del foro en la vida cívica de Ocuri.

Una ocupación continua del lugar

Además de la localización del foro, la excavación ha revelado nuevos datos que indican una ocupación prolongada del sitio hasta finales del siglo IV. Destaca la aparición de una moneda con un crismón, la primera representación cristiana encontrada en el yacimiento, y el descubrimiento de cerámicas del norte de África. Estos hallazgos amplían el periodo de ocupación en al menos un siglo más de lo que se creía hasta ahora y sugieren rutas comerciales vinculadas al Campo de Gibraltar.

No menos importante ha sido la identificación de los cimientos de una posible fortificación de época medieval, que indica la importancia estratégica que mantuvo la sierra gaditana a lo largo de los siglos.

Todos estos hallazgos destacan la importancia de Ocuri como punto de encuentro cultural en la Antigüedad, y serán de gran ayuda la hora de estudiar la interacción de los romanos con las poblaciones locales tras su llegada a la península ibérica, y la conformación de la provincias de Hispania Ulterior y, más tarde, de la Bética.

Fuentes

• El foro romano de Ocuri en Ubrique emerge gracias a un trabajo arqueológico de la UGR [canal.ugr.es]
• La Universidad de Granada arrancan las excavaciones en el Yacimiento de Ocuri en Ubrique (Cádiz) con voluntarios [europapress.es]
• GUERRERO MISA, Luis Javier: "Construcciones hidráulicas en la ciudad romana de Ocuri (Salto de la Mora, Ubrique)", en “La captación, los usos y la administración del agua en la Bética, Universidad de Cádiz, Cádiz, 2009. Pags. 257-308