Libros sobre la antigua Roma
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La civilización romana sigue siendo uno de los fenómenos históricos que levanta más pasiones. Se cuentan por centenares los libros publicados cada año sobre la antigua Roma, entre novelas, obras divulgativas, manuales, revistas especializadas y ediciones de los autores clásicos. Es fácil perderse o sentirse intimidado ante tal cantidad de publicaciones. Nosotros te facilitamos el trabajo. Descubre, en esta sección, los títulos más relevantes y las últimas novedades editoriales. Y, cómpralos al mejor precio.
Novelas históricas de romanos
La antigua Roma ha levantado siempre una especial fascinación entre los escritores. Un periodo tan amplio y lleno de posibilidades ha propiciado que el subgénero de la novela histórica de romanos se haya convertido en uno de los más vastos y prolíficos. Sobre todo a partir de las dos últimas décadas del siglo XX, cuando, tras un periodo de crisis, la ficción histórica resurgió con fuerza. Esperamos que esta selección de libros te sirva para encontrar tu próxima lectura.
¿Cómo elegir mi próxima novela de ambientación romana?
A continuación te damos unas pautas que te ayudarán a encontrar tu siguiente lectura
Aunque las novelas de época romana son eminentemente históricas, la propia naturaleza híbrida de la narrativa histórica propicia que se encuentre frecuentemente mezclada con otros subgéneros novelísticos, como la novela de aventuras, la policiaca, la novela romántica o la biográfica. Incluso algunas se podrían clasificar, más bien, como historia novelada. En lo que todas coinciden, pese a la variedad de enfoques y de estilos, es en que la trama de la novela tiene como telón de fondo una recreación del ambiente de la Roma imperial o republicana.
La novela de acción y aventuras de ambientación romana está siempre bien representada en los estantes de las librerías. Las tramas de estas obras son muy dinámicas y abundan las peripecias de todo tipo. Sus personajes son activos, audaces y resueltos, y se enfrenten a misterios y peligros mientras viajan por distintos escenarios. Así que los podemos acompañar desde la peligrosa Subura, los barrios bajos de Roma, hasta un templo egipcio de Nubia, un campamento romano en la Galia, o una galera que surca el Mediterráneo. Es bastante frecuente que la acción transcurra en los confines del imperio, o incluso más allá de las fronteras, en territorio hostil y desconocido. El amor o el elemento romántico no suele faltar.
Lo más normal es encontrarnos en este tipo de novelas con peripecias y protagonistas inventados sobre un fondo histórico romano. Cuando la trama principal se basa en hechos históricos concretos o la vida de grandes personajes, su relato se suele centrar en torno a las legiones y las guerras de conquista de los territorios «bárbaros». Eso permite a los escritores introducir a esos personajes reales en marcos exóticos y situaciones arriesgadas, y explayarse con las escenas de acción.
Estas novelas suelen estar muy bien representadas en los escaparates e las librerías. Tenemos, entre ellas, obras como El águila de la novena legión, de Rosemary Sutcliff, Centurio y La legión de los inmortales, de Massimiliano Colombo, Águilas y cuervos, de Pauline Gedge o algunas de las novelas de Massimo Manfredi, como La última legión, El imperio de los dragones, Teutoburgo y Antica Madre, publicada este año. En realidad, la lista sería larguísima: La boca del Nilo, de León Arsenal, Piratas de Roma, de Scarrow y Andrews, Al servicio del imperio, de Pedro Santamaría, El espíritu del lince, de Javier Pellicer, La leyenda de Britania, de Antonio Castillo… Y contando, solo, las escritas en castellano o las que se han traducido.
Además, es bastante habitual que este tipo de historias se extiendan en forma de trilogía, series o sagas novelísticas. Ben Kane, por ejemplo, se ha consolidado como uno de los más destacados escritores de ficción histórica gracias a sus varias trilogías de romanos: La legión olvidada (La legión olvidada, El águila de plata, y Camino a Roma), cuyos acontecimientos tienen lugar tras la campaña de Craso contra Partia; la trilogía Aníbal Barca (Aníbal, enemigo de Roma, Aníbal: campos de sangre y Aníbal: nubes de guerra), sobre las gestas del cartaginés, y la trilogía Águilas de Roma (Águilas en guerra, La caza de las águilas y Águilas en la tormenta), sobre Germania, Arminio, Varo y la batalla de Teutoburgo . El profesor Adrian Goldsworthy, autor de excelentes biografías y otros libros divulgativos sobre Roma, hizo su incursión en el mundo de la ficción con una destacada trilogía ambientada en las islas británicas (Vindolanda, Hibernia y Brigantia). Y no podemos olvidarnos del escritor español Santiago Posterguillo, cuyo nombre es sinónimo de buena novela histórica de romanos. Sus magníficas trilogías sobre Escipión, el Africano (Africanus: el hijo del cónsul, Las legiones malditas y La traición de Roma) y sobre Trajano, al que acompañamos en sus campañas por Oriente (Los asesinos del emperador, Circo Máximo y La legión perdida) tienen mucho de novelas de aventuras. También es interesante, entre los representantes patrios, la trilogía de José Zoilo Las cenizas de Hispania, protagonizada por el alano Attax (El alano, Niebla y acero y El dux del fin del mundo), sobre un periodo de la historia hispana muy poco tratado, cuando distintos pueblos bárbaros pugnaban por hacerse un hueco en los territorios de la Península mientras se desmoronaba el imperio romano.
Santiago Posteguillo es el autor español que se ha convertido en sinónimo de buena novela histórica de romanos. Aparte de sus famosas trilogías sobre Escipión, el Africano, y el emperador Trajano, ha ganado el premio Planeta con Yo, Julia, que, junto a Y Julia retó a los dioses, forma parte de una fantástica bilogía.
Aparte de las trilogías, hay unas cuantas sagas bastante interesantes. Unas son más largas que otras. La serie Águila, de Simon Scarrow, por ejemplo, consta ya de 18 libros: El águila del Imperio, Roma Vincit!, Las garras del águila, Los lobos del águila, El águila abandona Britania, La profecía del águila, El águila en el desierto, Centurión, El gladiador, La legión, Pretoriano, Cuervos Sangrientos, Hermanos de sangre, Britania, Invictus, Los días del César, La sangre de Roma, Traidores a Roma y La exiliada del emperador. Los protagonistas, el optio Cato y el centurión Macro, dos amigos que sirven en las legiones de la época del emperador Claudio, viven multitud de aventuras mientras viajan a lo largo de todo el imperio y van subiendo de rango.
Nick Brown es el autor de Agente de Roma, una serie de novelas de espionaje ambientada en tiempos del emperador romano Aureliano que cuenta ahora mismo con seis entregas, aunque de momento solo hay dos libros traducidos al castellano: El estandarte imperial y Una costa lejana. Otra serie destacada es la de Boudica, de M. C. Scott (El sueño del águila, El sueño del toro rojo, El sueño del sabueso, El sueño de la serpiente), que nos da su particular visión de los celtas britanos que se enfrentaron a los romanos a mediados del siglo I. Para terminar, podemos mencionar también la Saga de Teutoburgo, una serie de novelas históricas escrita por el autor Artur Balder dedicada a la vida del héroe germano Arminio, la célebre batalla del bosque de Teutoburgo y la venganza romana.
Douglas Jackson (Bestiarius) y Harry Sidebottom han escrito series interesantes ambientadas en el mundo romano, pero no han sido traducidas al castellano.
Hay otro tipo de novela ambientada en la antigua Roma que es más ambiciosa. Se trata de novelas con una mayor perspectiva histórica, obras que aspiran a mostrar un panorama completo de la civilización romana en un momento determinado, más o menos amplio. Sus autores quieren dejar un reflejo preciso de los distintos lugares y ambientes, e intentan conseguir unos retratos sólidos e históricamente verosímiles de las personalidades importantes. Suelen ser libros bastante voluminosos que se centran en las grandes familias o dinastías, aquellas que decidían los destinos de la República o el Imperio. Y en los individuos formidables que surgían de repente para oponerse a ellas. A modo de las crónicas, lo normal es que presenten los hechos en orden cronológico, a veces año por año, cuando adoptan una forma narrativa que los acerca a la de los antiguos anales.
Son ejemplo de este tipo de narrativa Nerópolis, de Hubert, Aníbal de Gisbert Haefs, o las dos novelas de Steven Sailor Roma, la novela de la Antigua Roma, e Imperio, la novela de Roma de los emperadores, con las que el autor abarca más de mil años de historia, desde los primeros asentamientos de las siete colinas hasta el principado de Adriano. Pero, sin duda, es el ciclo novelístico Los señores de Roma, de la escritora Colleen McCullough, el que mejor los representa este tipo de novela. Los siete libros que conforman esta serie (El primer hombre de Roma, La corona de hierba, Favoritos de la fortuna, Las mujeres de César, César, El caballo de César y Antonio y Cleopatra) nos dejan una amplia panorámica de la época de crisis de la República, año por año. Muy bien escritas y documentadas, las novelas McCullough detalla la vida política romana y hacen un profundo retrato la sociedad de la Roma tardorrepublicana, sus gentes y sus grandes personajes, desde Mario hasta César. Una época de gran expansión territorial que llevó al colapso de un Estado que no supo adecuar sus instituciones al gobierno de un imperio y a una serie de guerras civiles que desangraron la República.
La novela histórica ocupa el primer puesto en las preferencias de los lectores españoles. Entre ellas, las de romanos tienen una destacada presencia en los escaparates de las liberías.
Una sociedad tan eminentemente política como la romana se presta de manera especial a las novelas de intriga y el thriller. Novelas como El hijo de César, de John Williams, Los exiliados, de David Barbaree, Oscura Roma, de Luis Manuel López Román, Roma, el espía del emperador, de M.C. Scott, o El sueño de Roma, de Xulio Ricardo Trigo, en las que se mezclan el misterio, la intriga política, la traición, los asesinatos y las conspiraciones.
Pero es la fusión de la novela histórica con la de intriga detectivesca (incluso con elementos de novela negra) la que ha consolidado un subgénero concreto de gran éxito en las últimas décadas: la novela policiaca de temática romana. Hasta el punto de que tenemos ya varios «detectives» memorables, como Marco Didio Falco, protagonista de las novelas de intriga policiaca de Lindsey Davis, que transcurren en la época del emperador Vespasiano (La plata de Britania, La estatua de bronce, La Venus de cobre, La mano de hierro de Marte, El oro de Poseidón, Último acto en Palmira, Tiempo para escapar, Una conjura en Hispania, Tres manos en la fuente, ¡A los leones!, Una virgen de más, Oda a un banquero, Un cadáver en los baños, El mito de Júpiter, Los fiscales, En busca de Infamia, Ver Delfos y morir, Las Saturnales, Alejandría y Némesis), o su hija Flavia Albia, de otra serie de la misma autora que transcurre en tiempos de Domiciano (Los idus de abril, El enemigo en casa, Mater familias, El cementerio de las Hespérides, El falso Nerón y La caja de Pandora).
Otro investigador famoso es Gordiano el Sabueso, protagonista otra extensa saga, Roma Sub Rosa, de Steven Saylor (Sangre romana, El brazo de la justicia, El enigma de Catilina, La suerte de Venus, Asesinato en la Vía Apia, La casa de las vestales, Cruzar el Rubicón, El cerco de Massilia, La adivina de Roma, El veredicto de César, La muerte llega a Roma, El triunfo de César, Las siete maravillas, Corsarios del Nilo, La ira de las Furias, y El trono de César), ambientada en el final de la Roma republicana, que se mueve entre personajes históricos de la talla de Sila, Cicerón, Catilina, Pompeyo o César. También podemos mencionar a Marco Corvino, personaje de David Wishart (Las cenizas de Ovidio y La muerte de Germánico), a Publio Vitelio Longo, de Enrique Santamaría (Publio Vitelio Longo y la fábrica de dinero y Los misterios de Oriente), y, por supuesto, a Pomponio Flato, contratado por el mismísimo niño Jesús en la novela de de Eduardo Mendoza El asombroso viaje de Pomponio Flato, donde, al misterio y la intriga, se suman el humor y la parodia.
Aún hay más novelas policiacas de tipo romano que puedes encontrar en castellano, como La primera muerte de Marco Aurelio, de Gisbert Haefs, Muerte y cenizas, de Teo Palacios o La ciudad eterna, de Guillermo Pilgrim.
La novela de tipo biográfico es otro de los grandes categorías de la novela histórica de romanos. Estas novelas recorren la vida de los personajes más conocidos de la historia, a los que conocemos a través de sus experiencias vitales y de las personas que los rodean. De este modo descubrimos cómo todos sus actos responden a su entorno y sus circunstancias. La novela biográfica no tiene por qué ser totalmente fiel a la realidad histórica pues, a fin de cuentas, expone, oculta o reinventa acontecimientos según las necesidades del género. Cuando se presentan como autobiografías son todavía más subjetivas, pues accedemos directamente a la ideología y pensamiento de los protagonistas. Suelen adoptar la forma epistolar o la de memorias, que permiten al autor hacer evidente cómo ese pensamiento va cambiando en las distintas etapas de la vida, conforme se va madurando. Sobre todo en las novelas de carácter más filosófico o teológico.
Dentro de la novela de tipo biográfico nos encontramos con dos obras maestras: Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, que nos muestra su particular visión del emperador filoheleno y viajero, y Yo, Claudio, de Robert Graves, que revisa desde una nueva óptica la vida de uno de los emperadores peor retratados. Otras novelas que se podrían inscribir en este subgénero serían Juliano el Apóstata, de Gore Vidal, La columna de hierro, de Taylor Caldwell, El joven César y César imperial, de Rex Warner, Yo, Aníbal, de Juan Eslava, o Los idus de Marzo, de Thomton Wilder, una novela de estructura epistolar. También Espartaco, de Howard Fast, Los negocios del señor Julio César, de Bertolt Brech, El largo aliento, de Juan Luis Conde, sobre el historiador Tácito, o la trilogía de Cicerón (Imperium, Conspiración y Dictator), de Robert Harris, que contiene, además, muchos de los elementos de la novela de intriga.
No hay que confundir estas novelas con las biografías históricas, ni siquiera con las biografías noveladas, que rompen la ilusión de la ambientación romana con digresiones de carácter historiográfico, datos filológicos o juicios del autor sobre los hechos históricos. Más adelante, en el apartado dedicado a los libros divulgativos e históricos podrás ver una selección de buenas biografías de personajes romanos.
Si buscas novelas de romanos en Hispania, tienes una buena variedad entre las que elegir. Desde la conquista de la Península hasta la decadencia del imperio y la creación de los primeros reinos bárbaros. Sobre el inicio de la conquista tenemos, cómo no, la trilogía de Escipión escrita por Santiago Posteguillo, ya que buena parte de Africanus y de Las legiones malditas, que cuentan los acontecimientos de la segunda guerra púnica, se desarrollan en Hispania. No hay que olvidar, tampoco, el origen hispano de Trajano, protagonista de su otra gran trilogía de romanos. El espíritu del lince, de Javier Pellicer, tiene lugar en Hispania justo en los años anteriores al estallido de la segunda guerra púnica, cuando los cartagineses conquistaron los pueblos ibéricos del sur y el levante peninsular.
Numancia, de José Luis Corral, se centra en el famoso episodio episodio que tuvo lugar durante las guerras contra los celtíberos. La trilogía de Agustín Tejada (Contrebia Leucade, Hispania: el sueño de un rebelde y El último celtíbero) está ambientada también en la Celtiberia pero unas décadas más tardes, durante las guerras sertorianas. Igual que Rebeldes, de Pedro Santamaría, y Centurio, de Massimiliano Colombo. En esta misma parte de la Península tienen lugar las sorprendentes aventuras de Las lanzas rotas, de León Arsenal, pero esta vez en una Hispania que ya ha empezado a romanizarse.
Son bastantes las novelas con el telón de fondo de las guerras cántabras y astures. Tenemos Bellum Cantabricum, de José Manuel Aparicio, La voz de Lug, de Toti Martínez de Lezea, Corocotta, el cántabro, de Santiago Blasco y El último soldurio, de Javier Lorenzo. También la trilogía de Sergio Alejo Gómez, Las crónicas de Tito Valerio Nerva, cuya trama de intriga se desarrolla durante las campañas dirigidas por el propio Augusto.
La trilogía de José Zoilo, Las cenizas de Hispania, nos lleva hasta el otro punto, hasta el final de dominio romano sobre la península Ibérica en el siglo V, cuando los diversos pueblos bárbaros campan a sus anchas mientras Imperio de Occidente se resquebraja.
Otras novelas de aventuras con ambientación romana son El siervo, de Xavier Maymó, que comienza en Tarraco, aunque las peripecias nos llevan hasta Jerusalén, o la novela de Francisco Narla, Donde aúllan las colinas, que comienza en las tierras de los celtas galaicos.
Pero, si lo que te gusta es el misterio y la intriga, puedes escoger novelas como como Muerte y Cenizas, de Teo Palacios, y El sueño de Roma, de Xulio Ricardo Trigo. La primera ambientada en Hispalis, y la segunda en Tarraco.
Antes de terminar con esta sección dedicada a las novelas, no podemos olvidarnos de las novelas clásicas del Romanticismo y el Realismo, como Los últimos días de Pompeya, de Edward Bulwer Lytton y Salambó, de Flaubert, o los clásicos de temática cristiana de finales del XIX como Ben-Hur, de Wallace o Quo Vadis, de Henryk Sienkiewicz.
Estaría bien que acabáramos mencionando algunos ejemplos de novelas que se acercan a lo que se denomina «fantasía histórica». Por un lado, tenemos las novelas de temática mitológica como Lavinia, de Ursula K. Le Guin, que da voz a la hija del rey Latino, casada con Eneas, o Dido, reino de Cartago, de Isabel Barceló; por otro, algunas interesantes ucronías, como la de Javier Negrete, Alejandro Magno y las águilas de Roma, en la que el autor se plantea qué hubiera sucedido si el conquistador macedonio no hubiera muerto en Oriente y se hubiera enfrentado a una Roma que se estaba expandiendo rápidamente por la península itálica.