Un par de denarios imperiales acuñados en el siglo II han sido hallados en una remota isla deshabitada del mar Báltico
Dos monedas romanas han sido encontradas en la playa de una remota isla sueca del mar Báltico llamada Gotska Sandön, unos 40 km al norte de la isla de Gotland. Arqueólogos de la Universidad de Södertörn de Estocolmo, que se encuentran excavando unos restos antiguos sin identificar en esa área, descubrieron en marzo las monedas mientras exploraban con detectores de metales un lugar marcado por antiguas fogatas. Las piezas encontradas son dos denarios de plata de unos 4 gramos acuñados en época imperial: una pertenece al reinado del emperador Trajano, entre los años 98 y 117 d.C., y la otra al del emperador Antonino Pío, entre los años 138 y 161 d.C.
La ubicación de estas monedas es inusual debido a que Gotska Sandön fue siempre una isla deshabitada, no se tiene constancia de que allí se estableciera algún tipo de población ni otro tipo de asentamiento humano permanente hasta el siglo XIX, cuando se levantó allí un faro. La isla solo era visitada de forma más o menos regular por los cazadores de focas, y por algunos pescadores, en verano. por pescadores en verano. Hasta el momento, los hallazgos más septentrionales de monedas romanas, en el Báltico, se había dado en la isla de Gotland. Algo de esperar, pues es una isla muchísimo más grande y que contaba con varias poblaciones de importancia en época contemporánea a la República romana.
Seguramente, las monedas del Imperio romano permanecieron en circulación durante mucho tiempo, pues la plata fue siempre valiosa. Pero no hay indicios claros de cómo pudieron llegar hasta la isla de Gotska Sandön. Se especula que podrían haber llegado con algunos comerciantes nórdicos que se refugiaban de una tormenta, o que pertenecían a los supervivientes de un naufragio. Las aguas que rodean la isla son bastante peligrosas y, como explica Johan Rönnby, uno de los arqueólogos, la isla siempre tuvo fama como lugar de naufragios y guarida de piratas. De hecho, se tiene constancia de la existencia de bastantes pecios y restos de naufragios en los alrededores.
Por último, otra posibilidad, más remota, es que las monedas llegaran hasta allí en un barco romano que se atrevió a adentrarse hasta esas latitudes boreales. Se sabe que los romanos navegaban hacia el norte tan lejos como hasta Escocia, y que en época imperial, varios autores romanos habían escrito sobre el Báltico, pero no existen registros de un viaje semejante por aquellas aguas. Los nuevos hallazgos concuerdan con las afirmaciones de un farero del siglo XIX que decía haber encontrado una moneda romana en la isla. Sin embargo, es posible que nunca se resuelva el misterio de cómo llegaron las monedas.
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