Versos de Virgilio inscritos en un fragmento de ánfora romana hayado en un yacimiento de Córdoba
Un equipo de investigadores compuesto por expertos de varias universidades franco-españolas acaba de revelar el excepcional descubrimiento que tuvo lugar hace seis años en el yacimiento romano de Noguera, ubicado en el valle del Guadalquivir, en la provincia de Córdoba. Se trata de un grafito trazado en cursiva sobre un fragmento cerámico de una ánfora, que, tras ser estudiado, ha dado una emocionante sorpresa a arqueólogos y filólogos: lo que habían escrito eran unos versos del poeta Virgilio. Este descubrimiento no solo arroja luz sobre la relación entre la literatura y la vida cotidiana en la antigua Roma, sino que también nos brinda una perspectiva única sobre la alfabetización y el conocimiento en las zonas rurales de la época.
Después de un minucioso análisis, investigadores del proyecto Oleastro, una colaboración entre las Universidades de Córdoba, Sevilla y Montpellier que actuaba en el yacimiento romano de Noguera, al oeste de la provincia de Córdoba, han desvelado un sorprendente descubrimiento: la presencia de unos versos del poeta romano Virgilio inscritos a mano en una pieza de cerámica que formaba parte de una ánfora de aceite. El resultado del estudio, "Las Geórgicas de Virgilio in figlinis: a propósito de un grafito ante cocturam sobre un ánfora olearia bética", publicado en la prestigiosa revista Journal of Roman Archaeology de la Universidad de Cambridge, incide en lo excepcional de este hallazgo sin precedentes.

Los arqueólogos se toparon con esta pieza en 2016. Francisco Adame, un vecino del lugar, les entregó un fragmento cerámico con inscripciones que había encontrado paseando por la zona del arroyo de Tamujar, cerca de la aldea de Villalón y del yacimiento de Noguera. En un primer momento, ni siquiera los arqueólogos se percataron de su importancia, ya que este tipo de restos es muy abundante. De hecho, el yacimiento de Noguera se caracteriza por su rica acumulación de cerámica ibérica y romana, tanto de tejas y elementos de constructivos, como de utensilios, recipientes y otras piezas de alfarería. La cronología del yacimiento cubre un arco de tiempo muy dilatado, desde el s. I a.C. hasta el s. IV–V d.C., pero la mayor parte de los fragmentos romanos estudiados hasta el momento datan de los siglos II y III. Los arqueólogos creen que el sitio correspondía a una villa rústica que producía aceite de oliva, de ahí la importante presencia de restos de ánforas olearias. La provincia romana Bética siempre destacó por su producción de aceite, un elemento esencial en la dieta romana y un valioso producto de comercio. Aunque no se fabricaban allí mismo, esta abundancia sugiere un reciclaje de desechos cerámicos para la construcción y reparación.
Un texto inesperado
Las inscripciones en las ánforas tampoco son algo extraordinario. La riqueza epigráfica de los recipientes olearios de la Bética es bien conocida por los arqueólogos. A menudo se inscribían marcas, nombres de productores, cantidades y otros textos en las ánforas, antes de ser cocidas. Estos grafitos eran parte integral del proceso de producción, y dejaron un rastro de la vida cotidiana y los sistemas comerciales del Imperio. Al catalogar esta pieza, sin embargo, los investigadores se dieron cuenta de que se encontraban ante un hallazgo único.
Se trataba de un pequeño fragmento de 8 cm de largo, 6 de ancho y 1,2 cm de grosor. Correspondía a la base de una ánfora tipo "dressel 20", el tipo utilizado para el transporte de aceite, y se dató entre finales del siglo II d.C. y la primera mitad del siglo III d.C. Lo que realmente les soprendió es que, en lugar de las inscripciones usuales, aquí se encontraron con cinco renglones de versos poéticos. Esos versos, formados por grupos de palabras, fueron escritos con un estilete mientras el recipiente se secaba al revés, en las primeras etapas de su fabricación. En cuanto al contenido, el texto evoca, aunque con algunas modificaciones y peculiaridades, el inicio de las Geórgicas de Virgilio, una de las obras más famosas del poeta romano, escrita en el año 29 a.C., cuyos versos elogian la vida rural y los trabajos agrícolas. En concreto, se pueden leer fragmentos de los versos octavo y noveno del primer libro. Hay ciertos errores ortográficos, lo que sugiere que el autor tenía conocimientos pero no una perfección gramatical. A continuación se puede comparar una imagen con el texto sobre la pieza hallada:

con versos de Virgilio tal y como aparecen en Las Geórgicas:
Quid faciat laetas segetes, quo sidere terram
uertere, Maecenas, ulmisque adiungere uitis
conueniat, quae cura boum, qui cultus habendo
sit pecori, apibus quanta experientia parcis,
hinc canere incipiam. uos, o clarissima mundi
lumina, labentem caelo quae ducitis annum;
Liber et alma Ceres, uestro si munere tellus
Chaoniam pingui glandem mutauit arista,
poculaque inuentis Acheloia miscuit uuis;
El misterio de la autoría
La siguiente pregunta sería ¿quién y por qué grabó estos versos en el fondo de una ánfora? Los sellos y marcas son comunes pero los poemas no. El investigador Iván González Tobar comenta que, aunque es difícil determinar la autoría y la intención detrás de la inscripción, todo indica que el autor escribió en la zona inferior del ánfora sin intención de que se reparase en ellos, sólo como una muestra de conocimiento y cultura, o como ejercicio de aprendizaje de escritura. Podría haber sido un adulto que quería enseñar a un niño a leer, o incluso un niño que había memorizado los versos y los grabó. Como nos recuerdan los expertos, solía haber niños trabajando en los talleres de fabricación de ánforas. Los sellos grabados en otras ánforas encontradas en el lugar indican la propiedad de los talleres cerámicos de los Fabii, una familia senatorial, así que es posible que este fragmento se hubiera escrito en una de sus propiedades.
Alfabetización en las zonas rurales
Virgilio era reconocido, ya en la Antigüedad, como el más grande de los poetas latinos. Así que sus obras pasaron pronto a constituir material de estudio en las escuelas romanas, y sus versos se usaron, durante siglos, para aprender a leer y escribir. Lo más común era emplear La Eneida, pero dado el tema agrícola de Las Geórgicas, es plausible su empleo con fines educativos en un contexto rural.
Históricamente, se ha asumido que la educación y la alfabetización eran más prevalentes en los centros urbanos de la antigua Roma que en las comunidades rurales. La presencia de este grafito en la cadena de producción sugiere un nivel sorprendente de alfabetización en los talleres de la Bética, desafía la idea tradicional de un mundo rural aislado y poco educado, y se acerca a la que tienen aquellos que defienden la existencia unos centros de producción sofisticados con una compleja organización productiva en los que coexistían personas de diferente jerarquía social, rango cultural y edad. Por otro lado, este hallazgo también es un testimonio fascinante de cómo el conocimiento y la cultura eran parte integral de diversos aspectos de la sociedad romana, y no solo del ámbito intelectual.
Aunque es algo difícil, pues se trata de un hallazgo de superficie que no se encontró exactamente en el yacimiento, los arqueólogos no descartan que, de seguir investigando, se pudiesen descubrir más fragmentos con el resto del texto en el futuro.
Fuentes
"Hallado en Córdoba un poema de Virgilio grabado en un ánfora romana", en EL PAÍS
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